Mis escritores favoritos (Un faro para la vida)
* Og Mandino
* Dale Carnegie
* Richard Bach
* Williams James
* Charles Dickens
* Carlos Salazar Herrera
* Carlos Luis Fallas
* Abel Pacheco
...
(e iré agregando más mini biografías)
Og (Agustine) Mandino
(Natick, Massachusetts, 12 de diciembre de 1923 - 3 de septiembre de 1996)
Ensayista y psicólogo estadounidense, considerado como uno de los mayores especialistas mundiales en la escritura de libros de autoayuda (denominados también "motivacionales").
Og Mandino ha ganado fama universal por su best-seller titulado El vendedor más grande del mundo (en dos partes), del que se han difundido millones de copias por todos los rincones del planeta.
Poco despues de terminar sus estudios, Og Mandino ingresó a la fuerza aérea de los Estados Unidos y participó en la Segunda Guerra Mundial; de regreso a los Estados Unidos, desubicado y desempleado, trabajó de vendedor de seguros, tarea en la que fracasó, abocándose a la bebida y sintiéndose un perdedor cercano al suicidio, hasta que un libro de autoayuda de la época le alentó a continuar. Recuperado, continuó en el campo de la venta.
Más tarde, durante varios años, Og Mandino estuvo al frente de la dirección de la revista Succes Unlimited, una de las publicaciones de autoayuda más prestigiosas del planeta. Sus continuas investigaciones dentro de este campo de trabajo le han permitido dar a la imprenta más de dieciséis títulos diferentes que, traducidos a más de veinte idiomas, han alcanzado cifras de ventas superiores a los treinta y dos millones de ejemplares.
Entre los títulos más destacados de Og Mandino conviene recordar los de algunas obras que el lector castellanohablante puede hallar traducidas al español, como El duodécimo ángel, La elección, La mejor manera de vivir, El milagro de la palabra, Misión: ¡éxito!, Renovar la esperanza, Los secretos del éxito y la felicidad, Operación Jesucristo, Ciclos, Norteamérica en una cáscara de nuez, La Universidad del Éxito y el ya mencionado best-seller El vendedor más grande del mundo (Primera parte) y El vendedor más grandes del mundo segunda parte y final de la historia, compuesto por dos volúmenes. Algunas de estas obras se editan también en cintas de cassette.
Og Mandino ha tocado la fibra de millones de personas a través de todo el mundo, no solo a través de sus libros y conferencias sino también a través de las vivencias de personas que comparten sus casos de éxito.
Dale Carnegie
(Marysville, 1888 - Forest Hills, 1955)
Escritor norteamericano. Paradigma del escritor norteamericano que acumula numerosas experiencias ajenas al ámbito literario para convertirlas, más tarde, en material narrativo, se graduó en la Escuela Normal de Missouri (1908) y, a partir de entonces, se dedicó a una vida nómada -en ocasiones, cercana al vagabundeo- en la que cabían objetivos tan dispares como la obtención de cualquier empleo, el enriquecimiento inmediato por un golpe de fortuna, o el éxito literario y el reconocimiento de críticos y lectores. Tras varias tentativas de escasa repercusión, esto último le llegó en 1936, a raíz de la publicación de su obra titulada How to Win Friends and Influence People (Cómo ganar amigos e influir sobre la gente), que inmediatamente se convirtió en un best-seller internacional, con cientos de miles de ejemplares vendidos en todo el mundo, más de un centenar de ediciones y múltiples traducciones a diferentes idiomas.
En el post siguiente encontrará la introducción de uno de los libros que marcaron (honestamente) significativamente mi vida Cómo ganar amigos e influir sobre las personas de Dale Carnegie, esta introducción fue escrita en la edición original de este libro: Un breve camino hacia la distinción por Lowell Thomas.
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Richard Bach
(Oak Park, Illinois, 1936)
Escritor y piloto de aviación norteamericano, recordado especialmente como autor del libro Juan Salvador Gaviota (Jonathan Livingston Seagull, 1970), que se convirtió en un best-seller mundial en la época y sirvió como argumento de un largometraje dirigido en 1973 por Hall Bartlett.
Cuando aún era un niño su familia se trasladó a Long Beach (California), donde el joven Richard Bach asistió al Long Beach State College. En 1955 se graduó en la universidad del estado como mecánico de aviones y de estaciones generadoras de energía, y en 1957 se convirtió en piloto de la Fuerza Aérea norteamericana, en la cual se mantuvo en servicio activo hasta 1962. Por esa época empezó a escribir artículos para revistas especializadas en aviación. En 1961 se convirtió en el editor de la revista Fliying, cargo que ocupó hasta 1964.
Durante su carrera como piloto desempeñó muchos de los oficios asociados a la aviación, como instructor de vuelo, piloto de charter y mecánico de aviación en Iowa. En 1970 obtuvo el cargo de presidente de la aerolínea Trans-creature; trabajó, además, como piloto acrobático en la Creature Enterprises Inc. En 1974 actuó como piloto de espectáculos aéreos y en 1975 estuvo vinculado a la Universidad de Embry Riddle como profesor de filosofía del vuelo.
Los aviones y la escritura fueron sus grandes pasiones. Aunque profesionalmente estuvo vinculado a la aviación, la literatura le reportó fama mundial y le hizo merecedor de un buen número de premios literarios tanto en Estados Unidos como en Europa. Como escritor, su nombre es un clásico de los best-sellers mundiales desde la década de los setenta.
El más conocido de todos, Juan Salvador Gaviota, cuenta la historia de una joven gaviota que aprende a sobreponerse a sus limitaciones y consigue traspasar los límites naturales en una alegoría que ensalza la libertad individual y el afán de superación. En ella es patente la pasión que el autor siente por el vuelo como sinónimo de libertad y de alejamiento de los problemas terrenales. La novela obtuvo, entre otros, el premio Nene el mismo año de su publicación, y se convirtió en una referencia obligada para lectores adolescentes. Otra de sus obras, Ilusiones (Illusions), fue nominada al Libro Americano del año en 1980.
El mundo del cine también le atrajo, aunque su experiencia no pudo ser más negativa. Cuando se filmó la película basada en su obra más famosa, la mencionada Juan Salvador Gaviota, se produjeron cambios en el argumento con los que Richard Bach no estuvo de acuerdo, por lo que demandó a la productora; la que iba a ser su mujer, Leslie Parrish, medió entre las dos partes y la película pudo al fin estrenarse, convirtiéndose en un éxito de taquilla.
Como dato anecdótico, coqueteó también con la ciencia-ficción, ya que realizó un guión para una película basada en la popular serie Star Trek, que iba a titularse Star Trek: Fase II. Sin embargo, su trabajo fue desestimado en favor del que sería el guión definitivo, que se filmó con el título de Star Trek: La película.
En 1990, Bach tuvo su propia sección en Compuserve donde respondía correos de sus lectores personalmente hasta que empezaron a ser demasiados. También tuvo un sitio web propio que actualmente ha desaparecido.
A pesar de que no creía en el matrimonio, Bach se casó y se divorció dos veces y tuvo seis hijos con su primera mujer. Su segunda esposa fue la actriz Leslie Parrish, a la que conoció durante el rodaje de la película de "Juan Salvador Gaviota" en 1973. Durante su noviazgo escribió "El puente hacia el infinito". Se volvió a casar en 1999 con 63 años con su tercera esposa, Sabryna Nelson-Alexopoulos de 29 años.
Ver en esta blog visita de Richard Bach a la Argentina (6 de mayo del 2000)
"Enseñar es recordarles a los demás que saben tanto como tú. Sois todos aprendices,
ejecutores, maestros."
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Carlos Salazar Herrera
San José, Costa Rica, 1906 - 1980
Para él, un cuento era como esa embarcación, el bongo, a la que dedicó uno de sus mejores relatos: pequeñito, para andar en aguas mansas, y con pocas personas dentro, gente que las recorría colmada de pasiones; de la nobleza a la traición, de la solidaridad a los celos, siempre acechando, la muerte.
Desde que sus primeros cuentos aparecieron en Repertorio Americano, Salazar Herrera sumó su voz al coro de buenos narradores centroamericanos, como el guatemalteco Miguel Ángel Asturias y el salvadoreño Salarrué. Como ellos en sus leyendas y cuentos de barro, nuestro cuentista recurrió a su tierra, a las gentes que en ella encontraba, y las retrató con cariño y dureza, tanto en el relato como en el grabado y el dibujo. Pocos cuentistas y artistas costarricenses como el tierno, lacónico y estilizado Salazar Herrera.
Al reconocerse su labor con el Premio Magón, se premiaba por primera vez a un integrante de esa notable Generación del 40; poco le correspondería a Carlos Luis Fallas, Fabián Dobles y Joaquín Gutiérrez. Entre ellos, fue el primero en nacer: el 6 de setiembre de 1906, en San José; allí cursó su primaria y su secundaria; al concluir su adolescencia, pasó por un taller mecánico y por el banco de John M. Keith, antes de decidirse a aprovechar su destreza en el dibujo para ganarse la vida.
En 1928, en un certamen literario que acompañó la exposición de artes plásticas del Diario de Costa Rica, obtuvo el tercer lugar con su cuento La piedra de Toxil. Como artista plástico también fue reconocido cuando su escultura Motivo ganó la medalla de plata en la Primera Exposición de Arte Centroamericano. Aunque menos frenético que Quico Quirós, Paco Amighetti o Manuel de la Cruz González, el joven Salazar Herrera era uno más entre los renovadores de la plástica costarricense.
Al fundarse la Universidad de Costa Rica se incorporó a la Facultad de Bellas Artes como profesor de cursos de perspectiva y dibujo académico, entre otros; a esta labor entregaría 35 años de su vida, y la acompañaría a partir de 1950 con la dirección de Radio Universidad.
En 1947 reunió en Cuentos de angustias y paisajes los relatos que durante tres lustros publicó en periódicos y revistas, y algunos inéditos; cada historia iba acompañada por uno de sus grabados; en 1963 agregaría dos relatos. Como resumió después Emilia Prieto, el título era menos que azaroso, pues lo que encontramos en los escritos de Salazar Herrera son angustias diluidas en el paisaje. Sus personajes sienten mucho, recalquemos que “existen”, pero ese existir no lo expresan ellos, sino los reducidos escenarios por los cuales transitan.
Don Carlos fue un hombre y un escritor sereno, obsesivo, silencioso; por eso la brevedad de su legado, tanto en narrativa como en artes plásticas.
Perfeccionista, revisaba incansablemente sus relatos en procura del efectismo más acertado; por eso, después de Cuentos de angustias y paisajes solo publicó Tres cuentos (1965) y, póstumamente, un volumen con el ejemplar título de De amor, celos y muerte (1989). Publicación póstuma, pues falleció el 24 de julio de 1980.
Ver: Cuento "El Calabazo"
“¡Un bongo!... ¡Y qué parecido es a un cuento! Un bongo es una pequeña embarcación de velas, en donde caben apenas unas cuantas personas (...) Un bongo es para aguas mansas.”
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